La reutilización de jeringas se ha vinculado con la transmisión del VIH, la hepatitis C y la hepatitis B. En 1999, la OMS y UNICEF empezaron a abordar la propagación de enfermedades transmitidas por sangre a través de la reutilización de agujas y jeringas al recomendar que las jeringas no reutilizables se usen en todas las vacunaciones. Desde ese momento, las jeringas no reutilizables han sido aceptadas ampliamente por la comunidad internacional de atención médica.
BD también ha sido un firme defensor de políticas y directrices, como las recientes Directrices de la OMS en el uso de jeringas con mecanismos de seguridad para inyecciones intramusculares, intradérmicas y subcutáneas en entornos de atención de salud, que ayudan a proteger a los trabajadores de la salud y a los pacientes de la propagación de enfermedades.
Los dispositivos de BD se han usado en las campañas de vacunación más críticas del mundo: